Chaco Paraguayo - Viaje 11

Pudimos conocer al que denominan "El fósil viviente", viajamos unos 500 km hasta Fortín Toledo lugar donde se libró la Guerra del Chaco (1932 - 1935) y nos adentramos en una zona que podemos asegurar está preservada, es intimidante escuchar tanta vida salvaje alrededor... pero bueno... vayamos a las fotos... con la información sobre este fósil viviente pondremos fotos de otros animales que iban apareciendo.

El emblemático árbol del Algarrobo sirvió como encuadre para este bello atardecer.

Nos llamó la atención que los pobladores de la zona no conocían Fortín Toledo, hasta que un anciano que cuidaba el ganado nos indico el lugar.

Victor Robles (el encargado del lugar) y Miguel. Quisiéramos agradecer a Víctor por su amabilidad, fue un guía excelente.

El nacimiento de cada taguá en el Chaco paraguayo causa algarabía en Estados Unidos y garantiza la preservación de la especie en el planeta. A veinte años de su inicio, el Proyecto Taguá para repoblar el hábitat chaqueño con estos pecaríes ya ha liberado 200 ejemplares.

En medio de la jungla chaqueña, el Fortín Toledo es un oasis cargado de historia y naturaleza. Es una de las últimas parcelas entre las pasturas y hoy es un refugio de la fauna y la flora.

Taguá - Catagonus wagneri .

El taguá o pecarí del Chaco es el de mayor tamaño descubierto por la ciencia desde el año 1900. La especie fue considerada fósil del Pleistoceno (la más antigua etapa de la Era Cuaternaria, entre 30.000 a 10.000 años atrás) a partir de muestras recogidas en 1930. Los pecaríes son animales parecidos al cerdo común. Corresponden al orden Artiodactila y a la familia Tayassuidae y son los siguientes: El pecarí del Chaco o taguá (Catagonus wagneri) es la versión original, por así decirlo. Está en peligro crítico de extinción y es el de mayor tamaño. En Toledo son 47.

El lugar se convirtió en una suerte de ombligo que, de nuevo, al mundo provee de taguás, una especie de pecaríes que se creía desaparecida de la faz de la Tierra hace mil años, pero fue redescubierto en el Chaco paraguayo en 1972 por el norteamericano Ralph Wetzel. Unos años después, en 1985, nació el Proyecto Taguá como un plan de reproducción de estos animales en cautiverio, para luego reintroducirlos al medioambiente y no se extingan.

Carpintero del cactus - Melanerpes cactorum , en un Stetsonia coryne.

Churrinche - Pyrocephalus rubinus .

Las instalaciones ocupan un caserón al estilo safari en medio de unas 280 hectáreas de la sabana chaqueña central arbolada de coronillos, cactus, y otras plantas espinosas.

La mariposa de bandas naranjas - Dryadula phaetusa, sus orugas se alimentan de la planta Mburucuya colorado - Passiflora misera conocida como Mburucuya Paraguay.

Opuntia paraguayensis.

Todo lo que se hace en el Chaco con el proyecto tiene un seguimiento y repercusión en Estados Unidos, pues es financiado totalmente por el Zoológico de Sedgwick County de Kansas, que administra y provee los fondos donados por estadounidenses.

Mosqueta boreal - Empidonax alnorum .

Acacia negra - Sesbania virgata .

A la fecha se han reintroducido unos 200 taguás que fueron liberados en la zona de La Patria. Unos doce fueron trasladados en 1991 a los Estados Unidos como un Plan Maestro de Conservación que también busca difundir información sobre el taguá. Están distribuidos en zoológicos del Sur de Estados Unidos, especialmente en San Diego (California), Phoenix (Arizona), en Nuevo México y el Zoo de Sedgwick County de Kansas por la similitud del clima. En EE.UU. se han adaptado bien, aunque la reproducción se ha hecho en forma bastante controlada para cuidar la consanguinidad y hoy son unos cuarenta.

El crestudo - Coryphistera alaudina , posando sobre el nido de un hornero copetón.

Martín pescador grande - Ceryle torquata , estaba sobre una rama que descansaba en un humedal.

En los planes de preservación, es importante tener grupos de animales lejos. Esto es porque, si hay una epidemia o una peste que mata a todos los de Paraguay, se los trae de nuevo de otros países. La reintroducción no es nada sencilla y requiere de un seguimiento estricto. Normalmente no se detalla el punto exacto donde son liberados para evitar la cacería.

Aguila negra - Buteogallus urubitinga , media alrededor de 60 cm.

Se estima (según el último censo de taguás realizado en 1992) que existen 5.000 individuos en libertad en todo el Chaco paraguayo. Podría parecer mucho, pero en realidad es poquísimo. El oso panda de Asia o el guepardo o chita en Africa son especies cuya población se calcula en unos 20.000 y están en grave peligro de extinción. Por tanto, el taguá, según los responsables del proyecto, “continúa en grave peligro de extinción”.

Antes de ser liberado el animal es sometido a una evaluación de su estado de salud para que no lleven parásitos o enfermedades en el hábitat silvestre. De por sí, estos animales -pese a ser considerados chanchos- son muy higiénicos, pues tienen la costumbre de defecar en “letrinas” que ellos mismos cavan en el suelo.

Una vez liberados, son monitoreados durante dos años a través de radiocollares de tipo VHF y GPS (satelital). A los seis meses, el collar se suelta y se recupera con toda la información sobre su posición, movimiento y padrones de actividad en todo ese tiempo. Los escasos pobladores de la zona se encargan de reportar si algún cazador intruso merodea los alrededores y se movilizan para frenarlos, lo cual es muy alentador.

Tordo músico - Agelaioides badius .

El Pecarí de labio blanco - Tayassu pecari . Su nombre tiene que ver con la mandíbula blanca. También están en riesgo debido a la cacería. Por ahora comen zapallo, mandioca, balanceados y sandía, pero luego son alimentamos con frutos de cactus, para que se vayan adaptando.

El Pecarí de collar - Tayassu tajacu , tiene la población más numerosa y es el único que va en aumento.

Aunque en el proyecto las tres especies comparten parcelas en el centro experimental no son compatibles. Todos son conocidos por la gente común como curé ka’aguy, pero ninguno es buen vecino. Son hostiles entre sí y cada uno marca su territorio con el olor que despiden con sus glándulas.

Cabecita negra - Carduelis magellanica andan en bandadas y parecen focos de luces sobre la vegetación.

Un sonido gracioso, llamativo... ahí estaba el Guaicurú - Herpetotheres cachinnans , conocido como el Halcón reidor, se alimenta principalmente de víboras.

Tuca subterránea antiaérea.

El Fortín Toledo es una zona histórica donde se libró la batalla del mismo nombre, del 26 de febrero al 10 de marzo de 1933, durante la Guerra del Chaco, y en la que murieron unos mil paraguayos y bolivianos. En el sector se encuentran diez tucas subterráneas antiaéreas.

Amapola - Pereskia sacharosa , sus frutos no son comestibles.

Martín pescador chico - Chloroceryle americana .

Fuente:
Texto de Pedro Gómez Silgueira, Diario ABC Color.